1 - JUGAR POR JUGAR: Los niños no juegan para
entretener al público, ni para ser los primeros, sino para divertirse y
formarse como personas a través del deporte.
2 - SER POSITIVOS, ES MÁS DIVERTIDO: Aplauda
los esfuerzos y las buenas actuaciones de todos, sus hijos, compañeros y
ocasionales adversarios, sean del equipo que sean. El resultado no es
lo más importante.
3 - SEA VISTO, NO ESCUCHADO: Dar
instrucciones, dirigir, etc., es función del entrenador. Aunque
seguramente tenga conocimientos, no ‘teledirija’ a su hijo diciendo lo
que tiene que hacer. ¡Deles libertad para que disfruten de la actividad y
tomen sus propias decisiones! (esta siembra tendrá sus frutos a futuro)
4 - EL RESPETO, LA REGLA DE ORO: Siempre
trate a los demás de igual manera que le gustaría que lo traten a usted
y a su hijo. Sea respetuoso con el árbitro, con los jugadores, los
entrenadores y el público. Dé el ejemplo.
5 - EVITE LOS ANÁLISIS POST-PARTIDO: Valore
lo realmente importante, es decir, la mejora personal de su hijo y la
mejora colectiva del equipo. No analice el resultado obtenido.
6 - COMPROMISO SOCIAL: Pídale
a su hijo que cumpla las exigencias de la actividad que ha elegido.
Esto implica asistencia y puntualidad a entrenamientos y partidos.
7 - ESTUDIOS Y DEPORTE SON COMPLEMENTARIOS: No debe enfrentar el uno con el otro. Los dos van de la mano.
8 - JUEGUE CON SU HIJO: Le
servirá para entender no sólo el deporte, sino también a su hijo,
además le ayudará a ponerse más en forma física y disfrutar un momento
con su hijo.
9 - FORME EQUIPO CON EL ENTRENADOR/A: Respalde su labor educativa, es complementaria de la que recibe en casa.
10 - INFÓRMESE Y COLABORE: Debemos
saber siempre en manos de quién están nuestras hijos, infórmese sobre
las personas que conducen la actividad y el club. Con su colaboración la
actividad deportiva del mini tendrá continuidad y mejora.