Inteligencia en el jugador de Alto Rendimiento
Talentos
Talentos
Manu Ginobili propone cinco talentos necesarios
para un jugador de alto rendimiento. El primero es
ponerse objetivos claros y trabajar duro para conseguirlos.
El segundo es entender qué necesita tu equipo
y tu entrenador y ser capaz de proveerlo. El tercero es
relegar el lucimiento personal para que tu equipo gane.
El cuarto es disfrutar del jugar con tus compañeros,
ayudarlos a crecer y desarrollarse. Y el quinto es entender
tus limitaciones, saber cuándo no se puede,
cuando te ganó alguien mejor.
Yo creo que Manu no es el jugador más talentoso ni
el que ha trabajado más duro, pero sí es uno de los más
inteligentes.(18)
24 De la cabeza: Aspectos psicológicos en el mundo del deporte
La gente capaz
Casi todos los que saben mucho de algo tienen una relación
casi despectiva con su ámbito de conocimiento. No se someten
a las reglas vigentes y son capaces de generar nuevas. Generan
conocimiento entre cervezas y asados, se ríen de “los de saco y
corbata”, desprecian a los premios sabiendo si no te los dan tus
pares no significan nada. Aquellos que dominan una disciplina
andan en estado casi salvaje, despojados, enamorados de lo que
hacen, apasionados. Cuando hablás con alguien que sabe mucho
de algo, lo percibís en el brillo de sus ojos. Estas personas
crean las reglas, los marcos de pensamiento.
Inteligencia interpretativa
Los grandes jugadores son capaces de entender qué está sucediendo
en el juego y cómo actuar en consecuencia. Leen los
movimientos del rival, saben dónde lastimar, entienden el momento
del juego, aprovechan las rachas, aceleran, pinchan la
pelota. La inteligencia en el deporte es inteligencia de saber leer
el juego.
Minuto
Estaba jugando el equipo de juveniles de Pedro Echagüe frente
a Boca, hacía un calor tremendo y el técnico pide minuto. El
partido estaba parejo y uno de los mejores jugadores del equipo
estaba sentado en el banco escuchando las indicaciones del técnico
a punto de tomar agua. De repente viene mi hijo Agustín,
que en ese momento tenía cinco años, se mete entre los jugadores
y le pide la botella de agua porque él también tenía sed. Este
jugador sonríe, se la da, espera que Agustín termine y luego
1. Jugadores de alto rendimiento 25
toma él. Se levanta y vuelve al juego. Lo rico de la anécdota es
que los grandes jugadores están a otra velocidad, otros tiempos,
otra relación con la presión. Ellos están varios segundos por
delante de todos nosotros. Ellos están en el futuro. Ellos pueden
ver más cosas por segundo que nosotros. Están mucho más preparados
para reaccionar ante lo imprevisto y dominarlo.
¿Quién es alguien brillante?
Las personas brillantes no se toman demasiado en serio pero
hacen las cosas seriamente, apasionadamente. Suelen prestar
poca atención a lo accesorio y mucha a lo esencial. Dudan mucho,
afirman poco. Mezclan ideas con afectos y sus actividades
abren nuevos mundos en lugar de cerrarlos. Alguien brillante
aporta luz y hace brillar a los demás.
Hacela fácil
Una de las características de la gente capaz y sana es que hacen
las cosas fáciles, directas. Su claridad mental la presentan
en sus relaciones con las personas. Hacen que las cosas fluyan.
Cuando te encuentres con alguien que la hace complicada, anda
preparándote para un tipo no muy capaz.
Campeón
Quedan siete minutos, ganás por 1 a 0, tu equipo está por salir
campeón. “Yagui” Fernández hace un innecesario foul fuerte y
lo expulsan. Carlos Timoteo Griguol le grita al jugador mientras
abandona la cancha “¿Querés salir campeón? Campeón
de la...”. Timoteo muestra que para ser campeón tenés que ser
inteligente.(19)
26 De la cabeza: Aspectos psicológicos en el mundo del deporte
Cuánto más tontos somos, más inteligentes nos
creemos
En 1999, los investigadores Justin Kruger y David Dunning,
de la Universidad de Cornell en Nueva York, evaluaron si las
personas que carecen de ciertas destrezas en un determinado
campo son más propensas a no notar esta falta de habilidad que
alguien más diestro o hábil para igual labor. La interpretación
de Kruger y Dunning es que la capacidad de evaluar con precisión
el nivel de desempeño en una actividad determinada, depende
de las mismas habilidades que para realizar esa actividad,
con lo cual aquellos participantes que eran menos habilidosos
tenían un doble déficit. No sólo eran los más incompetentes,
sino que carecían de las herramientas mentales para juzgar la
propia competencia.
Es decir, existe un patrón de “incompetente e inconsciente de
mi incompetencia”.(20)
Libro: De la cabeza, por Carlos Saggio
Capitulo 1: Jugadores de alto rendimiento